Pensé decirle que viendo películas de miedo, me agarro al brazo del sofá y que siempre la lluvia me hace pensar.
También pensé decirle que malgastamos el tiempo diciendo palabras que ya no me duele recordar.
Incluso pensé decirle que me trastornaba los sentidos como nadie y me sacaba de quicio como pocos.
Pensé decirle que no hacía falta intentarlo otra vez, que me sobraba parte del tiempo que gastaba en sumergirme entre mis dudas, en sopesar la opción de arrasar con todo y dejarnos llevar, que me propuso.
Lejos de todo.
Pensé decirle que no quería que se quedase un día más, que podía encontrar compañía en la barra de cualquier bar.
Pensé decirle que mi sol se escondía tras su espalda cuando lo vi marchar.
Pero realmente, pensé decirle que en verdad, su boca no faltaba entre mis dientes.
También pensé decirle que malgastamos el tiempo diciendo palabras que ya no me duele recordar.
Incluso pensé decirle que me trastornaba los sentidos como nadie y me sacaba de quicio como pocos.
Pensé decirle que no hacía falta intentarlo otra vez, que me sobraba parte del tiempo que gastaba en sumergirme entre mis dudas, en sopesar la opción de arrasar con todo y dejarnos llevar, que me propuso.
Lejos de todo.
Pensé decirle que no quería que se quedase un día más, que podía encontrar compañía en la barra de cualquier bar.
Pensé decirle que mi sol se escondía tras su espalda cuando lo vi marchar.
Pero realmente, pensé decirle que en verdad, su boca no faltaba entre mis dientes.
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