Cielos grises, tonos azulados y escaso blanco se ciernen encima de la ciudad, intentando envolver en plena oscuridad cada resquicio de ella.
Cuando era pequeña, me asustaban tanto los rayos y los truenos, que siempre le decía a mi madre que cerrase la ventana, bajase la persiana o hiciese algo, para protegerme de aquello, que para mi, era desconocido.
A medida que fui creciendo, supe disfrutar de ese preciado regalo, esa magnífica tormenta... Llenaba mis días de: tranquilidad, impaciencia, dolor, ira, alegría, tristeza, nerviosismo, miedo, valor.. supe apreciar a través de los sentidos el maravilloso sonido de los truenos, el brillante y potente color de los rayos, la tierra mojada bajo mis pies y el olor de la misma... el agua rozándome la piel...
Es asombroso poder llegar a sentir todo aquello, divisando una sola tormenta... estando debajo de ella..
Solo me sucedió una vez, nada más que una vez... pude sentir todo tipo de emociones en la piel, en mi mente..
Era la tormenta perfecta... era como tú, pero sin el como.
Eras tú, sólo tú.
Cuando era pequeña, me asustaban tanto los rayos y los truenos, que siempre le decía a mi madre que cerrase la ventana, bajase la persiana o hiciese algo, para protegerme de aquello, que para mi, era desconocido.
A medida que fui creciendo, supe disfrutar de ese preciado regalo, esa magnífica tormenta... Llenaba mis días de: tranquilidad, impaciencia, dolor, ira, alegría, tristeza, nerviosismo, miedo, valor.. supe apreciar a través de los sentidos el maravilloso sonido de los truenos, el brillante y potente color de los rayos, la tierra mojada bajo mis pies y el olor de la misma... el agua rozándome la piel...
Es asombroso poder llegar a sentir todo aquello, divisando una sola tormenta... estando debajo de ella..
Solo me sucedió una vez, nada más que una vez... pude sentir todo tipo de emociones en la piel, en mi mente..
Era la tormenta perfecta... era como tú, pero sin el como.
Eras tú, sólo tú.
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